La industria automotriz local vive un momento de contrastes, donde algunas empresas mantienen un desempeño sólido, mientras otras enfrentan dificultades que ponen en riesgo su continuidad en el país. Este escenario quedó en evidencia durante el acto en el que se oficializó la venta de Mercedes-Benz al grupo Open Car, liderado por Pablo Peralta.
En ese contexto, el jefe sindical de los mecánicos, Ricardo Pignanelli, destacó las diferencias entre las automotrices y señaló los desafíos que enfrenta el sector.
Mercedes-Benz: un final positivo, pero con advertencias
Pignanelli expresó su satisfacción por el desenlace de la situación de Mercedes-Benz, que evitó el cierre definitivo de sus operaciones en el país gracias al traspaso a manos locales. Este acuerdo permitirá mantener la actividad y los puestos de trabajo en la planta. Sin embargo, el gremialista también advirtió sobre el difícil presente que atraviesan otras terminales, citando como ejemplo el caso de Nissan.
Nissan: ¿el fin de su producción en Argentina?
La automotriz japonesa, que fabrica la pick-up Frontier en su planta de Santa Isabel, Córdoba, habría decidido levantar su producción en el país para convertirse en una empresa importadora. Según fuentes del sector, la nueva generación de la Frontier llegaría desde México, lo que marcaría el fin de la fabricación local de este modelo.
Esta información fue confirmada días después por un comunicado del sindicato SMATA a los operarios, en el que se adelantó que, a fines de este año, Nissan dejaría de producir en Argentina. Además, los proveedores de la automotriz reconocieron que se suspendió el proyecto para fabricar la nueva Frontier en el país, lo que refuerza la idea de una salida industrial inminente.
Reducción de la producción y caída de exportaciones
Otro dato que refleja la delicada situación de Nissan es la reducción de sus planes de producción para 2025. Según fuentes del sector, la automotriz recortó a la mitad su programa original, pasando de 30.000 unidades a 20.000 para este año. De ese total, alrededor de 2.000 vehículos corresponden a la Renault Alaskan, un modelo "mellizo" de la Frontier que Nissan produce para la marca francesa.
En 2024, Nissan vendió aproximadamente 6.750 unidades de la Frontier en el mercado local, mientras que el resto se destinó a la exportación. Sin embargo, la caída en las ventas internacionales ha sido un golpe duro para la compañía. La pérdida de competitividad en los mercados externos, impulsada por el aumento de los costos internos en dólares y un real brasileño fortalecido, ha complicado los números de la automotriz.
Esta situación explica por qué Nissan estaría analizando importar la Frontier desde México para abastecer no solo al mercado argentino, sino también a Brasil, quitándole este negocio a su filial local. La industria automotriz mexicana, con costos de producción significativamente más bajos, se ha convertido en una alternativa más viable para la compañía.
Volkswagen: un caso similar
Nissan no es la única automotriz que enfrenta estos desafíos. Volkswagen también está reevaluando su producción en Argentina. El modelo Taos, que se fabrica en la planta de Pacheco y se exporta a Brasil, dejará de producirse en el país a partir de junio. Al igual que Nissan, Volkswagen optará por importar este vehículo desde México, que también abastecerá al mercado brasileño.
Un problema estructural: la pérdida de competitividad
El caso de Nissan y Volkswagen refleja un problema que afecta a toda la industria automotriz argentina: la pérdida de competitividad en los mercados internacionales. Los altos costos de producción en dólares, sumados a la fortaleza del real brasileño, han hecho que muchas terminales reconsideren sus estrategias de fabricación y exportación.
¿Qué viene para la industria automotriz argentina?
El panorama actual de la industria automotriz local es complejo y dispar. Mientras algunas empresas, como Mercedes-Benz, encuentran soluciones para mantener su actividad, otras, como Nissan y Volkswagen, enfrentan decisiones críticas que podrían cambiar su presencia en el país.
La reducción de la producción, la caída de las exportaciones y la competencia con mercados más eficientes, como México, plantean desafíos significativos para el sector. Sin embargo, también abren la puerta a oportunidades de reinvención y modernización, tanto en términos de costos como de estrategias comerciales.
En resumen, la industria automotriz argentina vive un momento de transición, donde la adaptación y la innovación serán clave para superar los obstáculos y mantener su relevancia en el mercado local e internacional.
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